Esta es una canción escrita por David llena de verdades que le hicieron reconocer su necesidad de sentirse amado, por otra parte Dios logró mostrarle lo suficientemente amado e importante que él era.
“Dios mío, tú me conoces muy bien; ¡sabes todo acerca de mí!
Sabes cuándo me siento y cuándo me levanto; ¡aunque esté lejos de ti, me lees los pensamientos!
Sabes lo que hago y lo que no hago; ¡no hay nada que no sepas!
Todavía no he dicho nada, y tú ya sabes qué diré.
Me tienes rodeado por completo; ¡estoy bajo tu control!
¡Yo no alcanzo a comprender tu admirable conocimiento!
¡Queda fuera de mi alcance! ¡Jamás podría yo alejarme de tu espíritu, o pretender huir de ti!
Dios mío, tú fuiste quien me formó en el vientre de mi madre.
Tú fuiste quien formó cada parte de mi cuerpo.
Soy una creación maravillosa, y por eso te doy gracias.
Todo lo que haces es maravilloso, ¡de eso estoy bien seguro!
Tú viste cuando mi cuerpo fue cobrando forma en las profundidades de la tierra;
¡aún no había vivido un solo día, cuando tú ya habías decidido cuánto tiempo viviría!”
David comprendió que ese gran Dios lo ama más que cualquier ser humano en el mundo, ese amor que no condiciona nuestras acciones y solo decidió amarlo, también entendió la necesidad que tenía su ser de este amor.
David no es muy diferente a nosotros, si miramos detalladamente ese sentimiento de insatisfacción por la falta de amor esta constante y latente en nuestro caminar diario, cargamos así con culpa y dolor, incluso logrando que nuestro valor muchas veces sea buscado en cosas que nos hacen daño, pero ese Dios que descubrió David lleno de amor sin condición también se interesa por nosotros y quiere mostrarnos y enseñarnos una clase de amor que sale de nuestras expectativas capaz de satisfacer nuestra necesidad de satisfacción.
Conéctate a #Valropropio y conoce más sobre este creador lleno de amor.
Facebook e Instagram @eldiazerooficial